¡La vida es compuesta de relaciones!  El éxito que disfrutamos o el fracaso que experimentamos, a menudo está rodeado hasta cierto punto de una relación personal. Los verdaderos líderes entienden esto y porque lo entienden, valoran las relaciones y usan su tiempo para invertir en cada uno de ellas. Si deseas grandeza para ti y para tu ministerio, entonces debes trabajar diligentemente en tener relaciones sanas y crecientes.

- Habla amablemente con la gente.

- Sonríe a la gente.

- Llame a las personas por nombre.

La música más dulce para el oído de cualquiera es el sonido de su propio nombre. ¡Memorice los nombres de las personas y fíjese cómo reaccionan alrededor suyo!

Éxodo 33:17 (RV)

También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia a mis ojos y te he conocido por tu nombre —respondió Jehová a Moisés.

Aquí está el punto: demuestras que realmente te importa la persona cuando lo llamas por nombre.